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Una nueva etapa en la presión internacional hacia China

Publicado el 27 de febrero del 2021

Sergio Romero Miraval

Imagen vía El País


El 19 de febrero se llevó a cabo la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC por sus siglas en inglés), donde Joe Biden resaltó “el regreso” de Estados Unidos en el multilateralismo. En la conferencia, el presidente resaltó que su país está determinado a volver a ganarse la confianza de Europa, luchar con el Covid-19, y lanzó críticas contra Rusia, China e Irán. Un tema importante a resaltar fueron las declaraciones en las que señaló la necesidad de que Estados Unidos y Europa se preparen para una “competencia estratégica a largo plazo con China” y que es necesario rechazar “los abusos económicos y la coerción del gobierno chino que socavan los cimientos del sistema económico internacional” (WH, 2021). En el presente artículo analizaremos un tópico importante para entender las últimas decisiones de algunos países occidentales: una nueva etapa en la presión internacional sobre China.


Existen principalmente dos temas que han generado una fusión en la presión internacional hacia China: derechos humanos y economía. En primer lugar, desde occidente siguen apareciendo diversos informes sobre el trato que están recibiendo los uigures detenidos en los “campos de internamiento” de China en Xinjiang. El gobierno chino ha negado todas las acusaciones llamándolas propaganda “anti-comunista” o simplemente clasificándolas de “mentiras”. Frente a este escenario, varios países occidentales han condenado públicamente las acciones de Beijing, y han impulsado iniciativas para responsabilizar a las autoridades del gobierno chino. Recientemente, la Cámara de los Comunes de Canadá votó por mayoría a favor de declarar como “genocidio” el trato de China hacia la minoría musulmana (The Guardian, 2021a). La líder conservadora, Erin O’Toole, consideraba que esta moción era necesaria para enviar una “señal clara e inequívoca de que defenderemos los derechos humanos”.


El congresista republicano John Katko, miembro del Comité de Seguridad Nacional, pidió al presidente que boicotee los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022. En el Reino Unido, los legisladores han propuesto una “enmienda por genocidio” a un proyeto de Ley comercial que faculta a tribunales nacionales emitir fallos preliminares sobre si el genocicdio está ocurriendo en otro Estado. Asimismo, el Reino Unido está liderando un esfuerzo de las Naciones Unidas que busca el acceso a la región autónoma para investigar informes de abusos, como lo demostró durante la sesión del Consejo de Derechos Humanos. Sumado a ello, si bien el gobierno japonés se ha mostrado renuente a tomar acciones punitivas contra China, algunas empresas como Toshiba Corp., Sony Corp. y Hitachi Ltd. están cesando sus actividades o considerando esta opción luego de que se revelaran dichos informes (The Diplomat, 2021a). Claramente no podemos saber si estas acciones están coordinadas, pero sí podemos notar una clara voluntad de los principales miembros del G-7 por aumentar la presión hacia Beijing.


En segundo lugar, el tema económico también parece ser un ámbito en el que la presión aumenta hacia China. En el primer discurso de política exterior, Joe Biden dejó muy en claro que su administración ve a China como “el desafío de seguridad nacional más importante”. Uno de los principales ámbitos en los que a menudo se discute la competencia geopolítica y comercial entre Washington y Beijing es el continente africano. Se ha llegado a caracterizar a esta situación como una “nueva lucha por África”. Ello por las millonarias inversiones que China está realizando en el continente, en países como Etiopía, Angola, Zambia, Tanzania y Sudáfrica (The Guardian, 2021b). Ello resulta importante si consideramos que, históricamente, Estados Unidos y China no han apuntado a los mismos países, ni a los mismos sectores económicos. Para Estados Unidos, los países prioritarios han sido Nigeria, Sudáfrica y Ghana, y se han centrado principalmente en minería. De otro lado, las inversiones chinas se han destinado a la República Democrática del Congo, Zambia, Angola y Etiopía, y la inversión ha sido más diversa: sectores de construcción, petróleo y gas (The Diplomat, 2021b).


Recientemente, Biden ha firmado un decreto con medidas para garantizar el suministro en sectores como defensa, salud pública, biotecnología y energía. Estados Unidos lleva hace algunos años enarbolando la bandera de la autonomía estratégica para reducir la dependencia de China y otros competidores mediante el refuerzo de las cadenas de suministro de bienes esenciales o críticos. William Burns, nuevo director de la CIA, ha sostenido que el éxito a la hora de frenar al gigante asiático será clave para la seguridad estratégica de Estados Unidos, por lo que Joe Biden buscará asociarse con otros países de Asia y América Latina cuando (El País, 2021). Sin embargo, no es solo desde la visión occidental que se han planteado críticas al enfoque económico de China. Desde la India, Brahma Chellaney extendió el término de “la diplomacia de la trampa de la deuda”, el ex-primer ministro de Malasia, Mahathir bin Mohamad, advirtió a China que no participará en una “nueva versión del colonialismo”. Sumado a ello, la actual directora de la Organización Mundial del Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala, llegó a considerar que el modelo desarrollado liderado por China no funcionará para la mayoría de los países africano (The Diplomat, 2021c).


De un lado, la respuesta china ha sido muy clara. Recientemente en el foro China-EE.UU. realizado en Pekín, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, mencionó que esperaba que Washington ponga fin a la represión contra la tecnología china y a los aranceles impuestos durante la guerra comercial desatada por la administración Trump. Asimismo, exigió que Joe Biden ponga fin a la injerencia en lo que Pekín considera asuntos internos chinos, como la situación de derechos humanos en Hong Kong y la región de Xinjiang (El País, 2021b). De otro lado, algunos consideran que la estrategia china sobre el tema de los derechos humanos, no es solo negar las situaciones que se están denunciando por muchos países, sino poder cambiar el enfoque de los derechos humanos en la comunidad internacional. El 22 de febrero, Wang Yi pronunció un discurso en la 46° sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, siendo la primera vez que un funcionario chino se dirigía ante este organismo. La propuesta de Wang Yi son los derechos humanos “centrados en las personas”, que implica un enfoque en el desarrollo económico, la seguridad, y la búsqueda fundamental de los derechos humanos, resaltando que China ha erradicado la pobreza extrema en 2020 (The Diplomat, 2021c).


Como se menciona líneas arriba, no podemos saber si la fusión de países occidentales y algunos otros para aumentar la presión internacional hacia China está coordinada. Sin embargo, podemos dilucidar dos ideas, rescatadas desde el punto de vista realista ofensivo en las relaciones internacionales. La primera de ellas es que existe una premisa básica de la que los países occidentales no piensan desligarse: es el momento de contener a China. Ya sea por intereses geopolíticos o económicos, siguiendo a Mearsheimer, no es necesario adoptar estrategias para enfrentar directamente a China (como en la administración Trump), pero sí plantear maneras estratégicas de contener el avance de China (IIEA, 2020). La segunda idea es que la perspectiva de seguridad ha vuelto a la palestra para la estrategia de contención de China. No es gratuito que todas las acusaciones hacia China estén encuadradas como un peligro de seguridad para los países occidentales, los derechos humanos y la seguridad internacional, principalmente para las potencias como Estados Unidos y otras europeas. Al final del día, las potencias mundiales buscan principalmente una cosa: mantener su posición de tal y preservar su seguridad, y China parece ser el único actor que puede desafiarlos, por lo que no se quedarán de brazos cruzados.


Referencias


El País. (2021a). China reclama a Biden que levante las sanciones y no interfiera en sus asuntos internos. El País. https://elpais.com/internacional/2021-02-22/china-reclama-a-biden-que-levante-las-sanciones-y-no-interfiera-en-sus-asuntos-internos.html


El País. (2021b). EE.UU. maniobra para reducir la dependencia de China en sectores clave de la economía. El País. https://elpais.com/internacional/2021-02-24/ee-uu-maniobra-para-reducir-la-dependencia-de-china-en-sectores-clave-de-la-economia.html


IIEA. (2020, 1 febrero). Prof. John Mearsheimer - US Foreign Policy under President Biden [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=KaTGGdsomf4&list=LL&index=1&t=540s


The Diplomat. (2021a). Can China change the definition of Human Rights? thediplomat.com. https://thediplomat.com/2021/02/can-china-change-the-definition-of-human-rights/


The Diplomat. (2021b). Can the US and China cooperate in Africa? thediplomat.com. https://thediplomat.com/2021/02/can-the-us-and-china-cooperate-in-africa/


The Diplomat. (2021c). Is International Pressure coalescing on China’s Xinjiang Policy? thediplomat.com. https://thediplomat.com/2021/02/is-international-pressure-coalescing-on-chinas-xinjiang-policy/


The Guardian. (2021a). Canada votes to recognize China’s treatment of Uighur population as genocide. The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2021/feb/22/canada-china-uighur-muslims-genocide


The Guardian. (2021b). The new scramble for Africa: how Chin became the partner of choice. theguardian.com. https://www.theguardian.com/global-development-professionals-network/2016/dec/22/the-new-scramble-for-africa-how-china-became-the-partner-of-choice


White House. (2021, 19 febrero). Remarks by President Biden at the 2021 Virtual Munich Security Conference [Comunicado de prensa]. https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2021/02/19/remarks-by-president-biden-at-the-2021-virtual-munich-security-conference/





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