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Enfoques del estudio de las Relaciones Internacionales: ¿Es posible asumir que los Estados tengan un





Las Relaciones Internacionales (más adelante RR.II.), si bien es cierto, aparecen formalmente adscrita a las Ciencias Políticas en el siglo XX, y su estudio tiene relación con otras disciplinas como la Política Exterior. Las RR. II. han tenido un efecto, en particular por el pensamiento internacionalista, en la forma en que se desarrollan los pueblos. Un alcance interesante es que las RR. II. intentan describir o explicar hechos realizados por Estados u actores internacionales, por ejemplo, organizaciones no gubernamentales y grupos religiosos. [ 1 ]


Barbe Esther realiza un análisis exhaustivo de los Estados como actores internacionales y aborda el fenómeno de las organizaciones internacionales, señalando que la idea de la organización está comprendida en la propia naturaleza del sistema internacional y que, en las últimas décadas, una de las manifestaciones de dicha organización ha sido justamente la proliferación de organizaciones internacionales.


Como se observa, el vínculo de las RR. II. con la Política Exterior, recae bajo la perspectiva de que no es posible desligar el plano interno del plano externo que se sostiene con los demás actores del sistema internacional; dicho planteamiento es propuesto por Ramos Esquivel en un trabajo de investigación de tesis presentada en la PUCP. [2]


Por otro lado, Manuel Mindreau Montero, señala que el estudio de las RR. II., está provisto de conceptos del Derecho Internacional, las Ciencia Políticas, Historia Diplomática, Sociología, Economía y Filosofía; cabe añadir que, la escuela anglosajona marcó un aporte amplio en el estudio de las RR.II., sin embargo, los norteamericanos son quienes más han aportado en su estudio ya sea por un interés académico o por el interés de mantener su hegemonía y liderazgo mundial [3].


Ahora bien, las teorías de las RR. II. nos proporcionan modelos conceptuales para poder entender y analizar las implicancias de las RR. II., a partir de los principales actores que la conforman. Así, son el producto de eventos históricos, sociales, económicos y culturales que a lo largo del tiempo ha buscado enfrentar a las principales crisis mundiales que ponen en peligro las relaciones entre los Estados. Entre las teorías estudiadas, Martin Wight, explica que es necesario estudiar el realismo, idealismo y liberalismo desde un plano conflictual entre los Estados hasta un plano moral, racional y lógico; dado que cada teoría explica las aspiraciones de los Estados como uno solo y como un todo. Ante ello, el libre mercado influye en las decisiones de los Estados para formar alianzas, organizaciones internacionales y fomentar el cooperativismo internacional, sobre todo, en interés de los particulares


En ese sentido, una perspectiva es que el realismo es definido como un enfoque mercantilista que está integrado por diversos principios como el realismo político en general, lo cual supone que el comportamiento de las personas se guía por sus intereses, y que la práctica de la política se deriva de la búsqueda de la seguridad. Otro de los principios que cabe destacar es el realismo internacional en la medida que efectivamente no existe armonía esencial de intereses entre las naciones y es difícil aplicar principios morales a las acciones internacionales de los Estados.


Según el párrafo anterior, es preciso dar énfasis a la figura de la moral internacional pues la moral de los Estados debe limitarse a la codificación de un conjunto de reglas similar a las leyes. Ahora bien, la concepción de la obligación moral de los Estados podría asumirse bajo la creencia de una comunidad mundial. No obstante, ello, carecería de unidad y coherencia pues existen percepciones nacionales de diferentes Estados, en tanto algunos piensan que Europa es más importante que África.


En efecto, como lo señala Hallett Carr: “la moral internacional es la moral de los estados”. Asimismo, señala que: “Cualquier orden moral internacional debe descansar en alguna hegemonía, en sencillas palabras, debe estar basado en un orden internacional con poder”. Pero esta hegemonía de poder constituye en sí mismo un desafío para quienes intentan conseguir la paz internacional. (4)


El artículo 1° de la resolución de la 37 Conferencia Interparlamentaria, celebrada del 6 al 11 de septiembre de 1948, consagra la obligatoriedad de la moral para los Estados, estableciendo que: “las relaciones entre los Estados se rigen por los mismos principios de la moral que las relaciones con los individuos”. Para el papa Juan XXIII:


"Entre las exigencias fundamentales del bien común hay que colocar necesariamente el principio del reconocimiento del orden moral y de la inviolabilidad de preceptos. El nuevo orden que todos los pueblos anhelan… ha de alzarse sobre la roca indestructible e inmutable de la ley moral, manifestada por el mismo Creador mediante el orden natural y esculpida por El en los corazones de los hombres con caracteres indelebles”.


Por su parte, Stanley Hoffmann, sostiene que: “[…] la moral internacional es la moral del Estado.” (Hoffmann 1963; 312); esta conclusión a la que llega dicho autor no hace más que equiparar la moral internacional con la moral del Estado; por tanto, podemos afirmar que el Estado tiene una moral internacional.


Además, podemos advertir que, pese a que el propósito de la Carta de la ONU se constituye en un esfuerzo por tener una mejor convivencia internacional, las acciones de muchos Estados que se desarrollan en la escena internacional – principalmente de las grandes potencias – se han visto marcadas o han estado encaminadas a las prevalencias de sus propios intereses, siendo un factor común el cuestionamiento de sus comportamientos. Es allí donde cobra mayor fuerza la figura de la moral de los Estados.


Entonces, bajo el razonamiento de la resolución de la conferencia antes citada y de doctrinarios como Hoeffmann, concordamos plenamente que es posible analizar los comportamientos de los Estados desde un plano moral, más aún por su estrecha relación con la moral internacional. Ahora, una moral de los Estados, es razonable que pugne por un nuevo orden internacional. La figura del nuevo orden y la moralidad internacional causan mayor ímpetu, dado que los valores de las personas serían estudiados bajo el enfoque del sistema mundial de los Estados soberanos bajo el marco de las innumerables demandas por estructuras ante la falta de justicia


Un ejemplo del cuestionamiento de la moralidad de los Estados es el comportamiento que ha tenido Estados Unidos (EE.UU.) en América Latina, como, por ejemplo, sus medidas de bloquear préstamos multilaterales y desarrollar acciones encubiertas para obstaculizar o dañar un régimen que no era de su agrado.


Ahora bien, respecto a la pugna por un orden internacional, en palabras de Alcalde Cardoza, se traduce en el choque entre las voluntades de fortalecer un orden unipolar; por parte de EE.UU. y la de consolidar nuevos polos de poder que se equilibren entre sí, por parte de Rusia y, con un bajo perfil, por parte de China.[5]


Efectivamente, se considerará un nuevo orden internacional si se configura un equilibrio de poder; la pugna antes señalada se desarrollará en mediano plazo en las dos próximas décadas al 2030 y que consistirá en acuerdos y negociaciones entre actores como India, Japón, Rusia y EE.UU. Bajo un escenario negativo, el autor antes citado señala que el impacto para el Asia (incluyendo Rusia) y EEUU, por posibles guerras civiles o conflictos de China e India con territorios fronterizos (especialmente, Taiwán, Japón y Paquistán), podría ser muy serio, traumático y duradero para la conformación de un nuevo orden internacional.


Sin embargo, Alcalde, señala que el examen de los intereses de las principales potencias involucradas en la formación de un nuevo orden internacional puede coadyuvar a afirmar que dicho orden se basará en un equilibrio de poder a nivel mundial que tendrá un importante complemento en el equilibrio regional que se establecerá en el Asia, con la participación de EE.UU. y Rusia, tal como, también, lo sostiene Cardoza.


Referencias:


[1]Barbé, Esther, Relaciones Internacionales (1995), 45-49, 28-37 (Tradiciones de pensamiento, surgimiento de las R.I.).


[2] RAMOS, Esquivel Felipe. “La Alianza del Pacífico y el Rol de Perú en el Orden Regional Sudamericano 2011-2015: una mirada desde el realismo clásico”. Tesis de Maestría. PUCP.


[3] Mindreau Montero, Manuel, Introducción a la Teorías de las Relaciones Internacionales. Págs. 32-45.


[4] Carr, E.H. The Twenty Years Crisis, Cap 9 (moral internacional).


[5] Alcalde, Javier, La Pugna por un Nuevo Orden Internacional (2009), especialmente 7-21, 65-68.


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