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CORTE SUPREMA DE CAMBOYA DISUELVE PARTIDO OPOSITOR


Tras la victoria del gobernante Partido Popular de Camboya –CPP de 1951 en sus siglas en inglés– en los comicios comunales y distritales de junio pasado en los que participaron 12 grupos políticos y el 89,52% de la población electoral –20% más que la elección de 2012–, el actual presidente del CPP y Primer Ministro camboyano –desde 1985– Samdech Techo Akka Moha Sena Padey Hun Sen tuvo que reconocer –en forma indirecta– que el opositor liberal “Partido de Salvación Nacional de Camboya de 2012” –CNRP en sus siglas en inglés– había logrado mejorar su política al conseguir 489 unidades territoriales de las 1,646 –en 2012 sólo obtuvo 22–. Aunque el CPP consiguió el 51,39% de los votos –en 2012 logró el 97%–, no obtuvo el porcentaje requerido en la provincia de Kampong Cham, “una de las más pobladas del país y de la que es originario el Primer Ministro Hun Sen”. Esta elección junto con las parlamentarias de 2013 fueron las peores elecciones en toda la historia del CPP. Luego de 24 años, Hun Sen retomó su participación activa en la reciente campaña electoral.


Teniendo la fecha muy próxima a las elecciones parlamentarias –programada para el 29 de julio de 2018 y que se celebran cada cinco años–, y en vista del resultado de las elecciones comunales y distritales, el CPP que cuenta con 68 escaños de 123 –mayoría en la Asamblea Nacional camboyana– y que parece temer una próxima derrota, a inicios de julio dispuso en ausencia de los 55 miembros del CNRP unas modificaciones a la “Ley de Partidos Políticos de 1997”: se prohíbe a los grupos políticos la utilización de la voz, imagen, documentos escritos o actividades, de criminales convictos en favor de los intereses de un partido, entre otros. En vista que estas modificaciones obtuvieron la aprobación del Senado –donde el CPP tiene la mayoría, 46 de los 57 miembros–, del Consejo Constitucional de Camboya y la suscripción real, el CNRP ya no podrá utilizar como propaganda la imagen del exlíder opositor Sam Rainsy quien vive exiliado en Francia desde finales de 2015. Este último tiene multas financieras y una condena de dos años de prisión por difamación al vicepremier Hor Namhong y al presidente de la Asamblea Nacional, Samdech Heng Samrin.


En base a una supuesta conspiración extranjera con Estados Unidos para finalizar el gobierno de Hun Sen –concentrada en un video público de 2013–, el Tribunal de Primera Instancia de Phnom Penh dictó orden de arresto contra Kem Sokha –presidente del CNRP quien estaba detenido desde el 3 de setiembre por la Fiscalía en una correcional en la frontera con Vietnam, violando su inmunidad parlamentaria–, bajo los cargos de traición el pasado 6 de setiembre como así lo establece el Artículo 443 del Código Penal camboyano. Sodka podría ser sancionado hasta por 30 años de prisión, el Tribunal de Apelaciones de Camboya también optó –el pasado 26 de setiembre– por continuar con esta medida mientras duren las investigaciones. En esta misma línea se pronunció la Corte Suprema de Camboya el último 31 de octubre. El mismo día de la detención de Sodka, por una presunta deuda fiscal –6.3 millones de dólares estadounidenses–, un diario crítico del gobierno de Hun Sen llamado “The Cambodia Daily” procedía a anunciar su cierre. Previamente, entre junio y agosto, lo mismo ocurrió con 31 emisoras radiales independientes –como la “Voice of America” y “Radio Free Asia”– por sanciones al carecer supuestamente de licencias de transmisión, y también la ONG estadounidense “National Democratic Institute” fue expulsada. Todo ello sucedía frente a las denuncias y las condenas de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU y de la Dirección para Asia-Pacífico de Amnistía Internacional.


A inicios de octubre tanto el Ministerio del Interior camboyano como el “Partido Camboyano de la Juventud” y del partido realista “Frente Único Nacional para una Camboya Independiente, Neutral, Pacífica y Cooperativa de 1981” – FUNCINPEC que obtuvo el 3.66% de los votos en las elecciones de 2013 y ni un escaño– presentaron, respectivamente, una demanda ante la Corte Suprema –la cual está controlada por el gobierno de Hun Sen– para solicitar la disolución del CNRP. En vista de ello, la Asamblea Nacional camboyana planteó las modificaciones de cuatro leyes electorales –respecto de las elecciones parlamentarias; de las senatoriales; de los consejos comunales; y, de las consejos de la capital provinciales, municipales y distritales– de la siguiente forma: si una organización renuncia a sus escaños o es eliminada de la lista de partidos políticos o es disuelta en concordancia con la Ley de Partidos Políticos, esos puestos serían divididos entre otros partidos que participan en las elecciones a los órganos legislativos. Estas nuevas modificaciones, también obtuvieron la aprobación del Consejo Constitucional y entraron en vigor tras la firma del rey Norodom Sihamoni, es decir el pasado 26 de octubre.


Hun Sen ha calificado al partido de la oposición como “grupo terrorista” y más de la mitad de los líderes de este partido opositor han abandonado su país. Cincuenta y cinco organizaciones internacionales defensoras de los Derechos Humanos elaboraron una “carta abierta dirigida al Secretario General Guterres, al presidente vietnamita Widodo, y al presidente francés Macron” a fin de convocar nuevamente a los miembros de “la Conferencia de Paz de París”, la cual marcó el final de la guerra civil en Camboya en 1991. Hun Sen la calificó como un imposible ya que la URSS no existe.


Como si todas estas medidas antidemocráticas y de violaciones de derechos humanos no fuesen suficientes, el pasado jueves 16 de noviembre, la Corte Suprema de Camboya ordenó “la disolución del CNRP”. Esta máxima autoridad afirma que “el partido opositor conspiró con la ayuda de Estados Unidos para derrocar al gobierno camboyano y también prohíbe a 118 altos funcionarios del CNRP realizar actividades políticas durante cinco años”. Su decisión que es inapelable al mismo tiempo ilegitima las próximas elecciones de 2018, ya que no existe un partido opositor.


Estados Unidos y la Unión Europea han anunciado posibles recortes de fondos y asistencia electoral, prohibición de entrada de ciertos funcionarios camboyanos así como suspensiones de la libre exportación, respectivamente. China, el mayor inversor de Camboya, por el contrario, apoya el gobierno de Hun Sen. Brad Adams, director ejecutivo de la división Asia de Human Rights Watch opina sobre estos eventos que “la democracia murió… en Camboya y es difícil verla revivir mientras Hun Sen… permanezca como Primer Ministro. Este es un momento decisivo, requiere una respuesta internacional fuerte y concertada. Es tiempo para la acción, no para palabras”.

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