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LA DOBLE NACIONALIDAD Y SU INCIDENCIA EN EL PODER LEGISLATIVO DE AUSTRALIA


Es común apreciar en los ordenamientos internos de cada Estado una serie de restricciones en torno a las personas que son elegidas para la toma de decisiones que oriente la política de dicho Estado (léase, Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Alcaldes, etc). En ese orden de ideas, uno de los requisitos que usualmente se contempla es la nacionalidad del candidato a ocupar dichos cargos de la más grande relevancia. Así pues, no son nada exóticas las provisiones que exigen que figuras como el Jefe de Estado o el Jefe de Gobierno tenga la nacionalidad de nacimiento (vía ius soli o ius sanguinis) del Estado en el cual, desea realizar su carrera política.


La motivación de cláusulas de este tipo tiene una razón subyacente muy simple, la cual consiste en evitar que una persona ajena al país. De otro lado, con esta cláusula se evita la posible intervención de terceros Estados en el gobierno, dado que si un alto funcionario ostenta doble o múltiple nacionalidad puede responder a intereses de otros Estados.


Para el caso del Parlamento de Australia, este se encuentra compuesto por un sistema bicameral, esto es, existe una cámara de los representantes y un Senado. Para la elección de estos altos funcionarios rigen algunas consideraciones tales, como las previstas en el artículo 36 de la Constitución de Australia que entre otras cosas exigen entre otras cosas tener la nacionalidad australiana de nacimiento, 21 años de edad, 3 años residente en la Commonwealth, etc. Asimismo, existen una serie de restricciones para los miembros del Poder Legislativo contemplados en el artículo 44, como detallaremos con posterioridad.


Dentro de la composición de la cámara baja, esta se encuentra integrada por 150 miembros, de los cuales 76 de una colisión, 69 pertenecen al Partido Laboral y 5 son de un partido independiente. Por otra parte, en el Senado del Parlamento australiano existen 76 curules, de los cuales 29 son de la colision, 26 del partido laboralista y 19 del resto de partidos. Estas cifras tendrán relevancia por las consideraciones que reseñaremos en torno al caso del Viceprimer Ministro de Australia, Barnaby Joyce.


Hace unos días se ha suscitado una problemática muy seria, dado que el Primer Viceministro de Australia, Barnaby Joyce, ha descubierto que ostenta nacionalidad neozelandesa. Ahora bien dentro de las implicancias que conlleva esta situación estaría la dimisión de Barnaby, lo cual, supone una grave coalición entre el Gobierno liberal y el nacionalismo siendo como consecuencia la perdida de la mayoría. Asimismo, dicha situación es sumamente problemática dado que de conformidad con el artículo 44 de la Constitución de Senadores y Miembros del Parlamento de Australia, estos únicamente deben tener únicamente nacionalidad australiana.


Dentro del perfil de Joyce, se destaca una larga trayectoria política. Entre sus logros se encuentra ser el líder de derecha del Partido Nacional. De otro lado, manifestaba enérgicamente su identidad australiana. No obstante lo anterior, se descubrió que el padre de Joyce era un ciudadano neozelandes, lo cual, bajo las leyes de nacionalidad de dicho país, Joyce obtiene la nacionalidad de Nueva Zelanda automáticamente, pese a que nunca tuvo mayor vinculación con dicho Estado[1].


Esta situación ha sido recurrente últimamente en Australia dado que existe esta crisis suscitada a propósito de la doble nacionalidad de los funcionarios que se rigen bajo la norma antes citada, se ha producido la renuncia de tres legisladores del Partido Verde.


Ante dicha situación, un sector ha creído conveniente que esta dificultad podría sortearse esa barrera entendiendo que Nueva Zelanda no supone un poder extranjero que pueda inmiscuirse en la política australiana[2]. Esto se fundamentaría en que tanto Australia como Nueva Zelanda estado bajo dominio británico. Sin embargo, esta construcción, a nuestro juicio, olvida que la nacionalidad es un vínculo que se da entre el Estado y una persona. Por ende, al verificar que Australia es un Estado distinto a Nueva Zelanda, la única manera para superar dicho obstáculo sería la modificación de la Constitución australiana.


Asi pues, la situación del Barnaby Joyce finalmente será decidida por un Tribunal Superior de dicho Estado, el cual determinará la suerte de este alto funcionario australiano.

[1] SBS. “La doble ciudadanía de Joyce pone contra las cuerdas al Gobierno australiano”. 15 de agosto de 2017. URL: http://www.sbs.com.au/yourlanguage/spanish/es/article/2017/08/15/la-doble-ciudadania-de-joyce-pone-contra-las-cuerdas-al-gobierno-australiano?language=es&cx_navSource=related-side-cx#cxrecs_s. Consultado el 18 de agosto de 2017.

[2] THE ECONOMIST. How New Zealand could bring down the Australian government?. 17 de agosto de 2017. URL: https://www.economist.com/blogs/economist-explains/2017/08/economist-explains-14. Consultado el 18 de agosto de 2016.

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