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ENEMIGOS NUCLEARES


Hace no mucho, titulé un artículo que redacté para el Boletín de Ius Inter Gentes "Aliados nucleares". Hablaba sobre cómo Estados Unidos había protestado, junto con sus aliados, en contra de conversaciones en Naciones Unidas para un eventual tratado orientado a prohibir armas nucleares, apuntando a su total eliminación, además de por qué consideraba que el solo hecho de poseerlas era ya una afrenta a la dignidad humana. Las cosas han cambiado bastante desde entonces, puesto que a inicios de julio se adoptó este tratado ("Treaty on the Prohibition of Nuclear Weapons"), que de ser exitoso, llevaría a la destrucción total de todas las armas nucleares, algo que debería ser positivo para todas las naciones. El tratado fue endorsado por 122 países y estará abierto para su suscripción por cualquier Estado parte desde el 20 de setiembre y entrará en vigencia una vez sea ratificado por 50 países.


Hoy, titulo la presente "Enemigos nucleares", puesto que al progreso alcanzado por la adopción de este tratado -lo que me llevó a escribir el anterior artículo-, se le ha opuesto una de las peores situaciones de tensión respecto a un eventual intercambio nuclear que recuerda la crisis de los misiles de los 60's: el conflicto latente entre Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea, comúnmente conocida como Corea del Norte. A pesar de que desde hace mucho existe una situación tensa entre ambos países -sobre lo cual ahondaré más adelante- recientemente se ha desatado una crisis mayor producto de los ensayos balísticos y nucleares de Corea del Norte. Desde el 4 de julio, fecha en la que este país tuvo una prueba exitosa de un misil balístico intercontinental (o ICBM, por sus siglas en inglés), el mundo entero ha estado pendiente de las repercusiones que esto pueda traer. Más aún, cuando ya a finales de ese mes, Corea del Norte realizó una prueba considerada incluso más avanzada que la del ICBM; y que, de acuerdo a The Washington Post, ha creado una ojiva nuclear en miniatura -entendiéndose que podría ser colocada en un ICBM-.


La respuesta más importante a estos hechos, la de Estados Unidos, fue inicialmente condenar el hecho, desestimando las múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad en contra Corea del Norte y afirmando que el tiempo para hablar ya había terminado, luego de lo cual, el propio Presidente, Donald Trump, aseguró de que, de continuar con sus amenazas, Corea del Norte se encontraría con fuego y furia como el mundo no ha visto jamás. Más tarde, el mandatario reafirmaría sus declaraciones afirmando que estas no habían sido lo suficientemente duras. Las pruebas también fueron condenadas por Japón, China y Corea del Sur. La reacción de Corea del Norte a través de su agencia estatal de noticias, KCNA, fue informar que su ejército estaría evaluando atacar la isla de Guam, el cual es oficialmente, un territorio no incorporado de Estados Unidos. Trump respondería asegurando al gobernador de Guam que esta amenaza aumentaría el turismo y su fama personal.


La disputa entre ambos Estados, que ahora puede estar en su punto más controvertido, es sin embargo, bastante más antigua. Se remonta a la división de la Península de Corea después de la Segunda Guerra Mundial por parte de Estados Unidos y la Unión Soviética: el primero tomaría el sur, y el segundo el norte. En 1945, Kim Il-Sung, fundador de Corea del Norte, volvería a la península luego de entrenar en la Unión Soviética durante la guerra para crear el Partido del Trabajo de Corea, partido comunista alineado a la URSS. Luego, en 1950, emprendería una invasión al sur, sección apoyada por Estados Unidos, tratando de unificarla bajo dominio comunista. Esto, desató la Guerra de Corea, la cual vería un alto en 1953, cuando las dos partes firmaron un cese al fuego. Sin embargo, la guerra nunca acabó de manera oficial. Posiblemente, Kim Jong-Un, actual líder de Corea del Norte, vea en la carrera armamentista nuclear una forma de protección ante la guerra potencial. Por otro lado, también es probable que el "líder supremo" tenga aún presente lo ocurrido con Muamar Gadafi, quien luego de entregar sus armas nucleares en 2003 fuera depuesto y asesinado en 2011, con Estados Unidos apoyando el cambio de régimen en Libia.


La actitud de Estados Unidos frente al arme nuclear de otros países es preocupante, no solo si tenemos en cuenta lo recientemente acontecido y las lamentables declaraciones de Donald Trump, sino si también contemplamos la política que está siguiendo para con el "Plan de Acción Conjunto y Completo" (Joint Comprehensive Plan of Action), comúnmente conocido como el Acuerdo de Irán o Acuerdo Nuclear de Irán, acuerdo internacional entre potencias de la comunidad internacional e Irán para la no proliferación de armas nucleares en ese país. Esto se debe a que Irán cuenta con un programa de energía nuclear, el cual, a juicio de las potencias mundiales podría ser un acceso para la obtención de armas nucleares, si bien este programa es llevado a cabo bajo vigilancia internacional. En 2015 Irán aceptó limitar este programa accediendo a más inspecciones a sus sitios nucleares, y el acuerdo fue ratificado por el Consejo de Seguridad. Continuamente, la postura de Trump ha sido la de querer romper el acuerdo, llegando a solicitar a personal de la Casa Blanca que encuentre una forma para demostrar que Irán está violando el acuerdo, cuestión que difícilmente se pueda lograr si se tiene en cuenta que todos los demás Estados parte e inspectores internacionales han certificado que efectivamente Irán cumple con los acordado. Sin embargo, quien estaría violando el acuerdo podría ser Estados Unidos, puesto que en su artículo 29 se establece que las partes del acuerdo se abstendrán de políticas orientadas a afectar directa e indirectamente las normales relaciones económicas y comerciales con Irán, lo cual no estaría cumpliendo el mandatario estadounidense al aconsejar a sus aliados durante el G20 a no comerciar con Irán y hacer lo mismo en una conferencia de la OTAN en mayo. Por otro lado, funcionarios estadounidenses de diversa índole han afirmado que se estaría violando el espíritu del acuerdo, lo cual apunta al hecho de que Irán estaría subvencionando grupos armados en Medio Oriente o a que estaría continuando con su programa de misiles balísticos, ambas cosas, sin embargo, no relacionadas al acuerdo nuclear.


Las experiencias recientes de Corea del Norte, Irán, y sumadas a la de Venezuela, a propósito de las cuales, el mandatario estadounidense ha afirmado que no descarta la opción militar -declaración condenada por países como Perú, Chile, México, Bolivia, Ecuador, Brasil y Colombia-, y si bien no relacionada a temas nucleares pero sí bélicos, apuntan a una preocupante retórica en la política exterior de Estados Unidos respecto a sus disputas o conflictos. ¿Está Estados Unidos queriendo iniciar un conflicto armado a como dé lugar? Si bien es probable que todo esto esté orientado a mejorar la imagen de Donald Trump, tan mellada interna e internacionalmente por los constantes fracasos de su gobierno (el despido de su Jefe de Comunicaciones, Anthony Scaramucci, en diez días; el despido más rápido para cualquier Jefe de Personal en la historia a Reince Priebus; el "anuncio" de prohibición de las personas transgénero en las fuerzas armadas; las disculpas de los Boy Scouts por su deplorable discurso; la fallida revocatoria del Obamacare; etc.), sin duda es un juego peligroso, sobre todo cuando se está frente a mandatarios tan parecidos a Trump como Kim o Maduro, tan gustosos de la provocación y la concepción teatral del poder, según el Clarín. Hay un viejo dicho que dice que los extremos se parecen. Probablemente Pyongyang y Washington no estén tan distantes en estos tiempos, después de todo.

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