El (im)predecible futuro del Grupo de Lima: I
Publicado: 15 de junio del 2021
Elaborado por: Sergio Romero Miraval
Al 100% de actas procesadas por la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales), la fórmula presidencial de Perú Libre, liderada por Pedro Castillo y Dina Boluarte, alcanzó el 50.195% de los votos válidos. Pese al recurso de nulidad presentado por la candidata Keiko Fujimori de 802 mesas electorales a nivel nacional, Pedro Castillo se perfila como el siguiente presidente de Perú, ad portas de la celebración del Bicentenario. Una gran crítica hacia el candidato de Perú Libre durante la campaña electoral ha sido y sigue siendo la poca predictibilidad que tiene el mismo para conducir la política económica del país. En este artículo analizaremos un aspecto igual de importante: el camino de la política exterior peruana durante el mandato del virtual presidente Pedro Castillo. Debido a que el tópico resulta muy amplio, nos centraremos solo un aspecto que ha sido de suma importancia para la política exterior peruana: el Grupo de Lima.
En primer lugar, durante un breve periodo de la campaña, el Grupo de Lima fue un tema de debate público durante las elecciones debido a las declaraciones de la entonces candidata presidencial Verónika Mendoza. En sus declaraciones, la candidata señaló que el interlocutor con el que, en la práctica, debería solucionarse la crisis política es el mandatario Nicolás Maduro. Asimismo, consideró que el Grupo de Lima no ha sido eficaz al solucionar la crisis en Venezuela, por lo que se debería propiciar una articulación con el Grupo de Contacto (RPP, 2021). Frente a ello, diversos políticos y analistas consideraron que era una decisión irresponsable y que el Perú debería seguir con la estrategia del “cerco diplomático” ejecutada por el Grupo de Lima. En ese contexto, resulta necesario cuestionarse la efectividad del Grupo de Lima, no por una consideración ideológica, sino pragmática: si beneficia o no al Perú (y sus intereses) seguir con dicha estrategia.
Los países de Latinoamérica, en particular el Perú, y salvo algunas excepciones como México, no pregonan Doctrina alguna en materia de política exterior. Legler & Santa-Cruz señalan que el multilateralismo latinoamericano se caracteriza por tener un carácter escencialmente presidencialista y muy poco institucionalizado. Asimismo, enfrentan dos grandes desafíos: la pérdida de su autonomía y/o no tener la capacidad de lidiar con problemas muy complejos (Legler & Santa-Cruz, 2011, pp. 18-22). Así, podríamos considerar dos escenarios según quién asuma la presidencia del Perú.
De avanzar en la nulidad de actas electorales, Keiko Fujimori asumiría la presidencia, apoyada por la clase empresarial y política tradicional peruana (que criticaron a la candidata Verónika Mendoza por sus declaraciones), por lo que sería muy plausible el refuerzo del cerco diplomático que se plantea desde el Grupo de Lima. En este escenario, se insistiría en que el aislacionismo hacia Venezuela es la mejor opción, apoyado una vez más por el gobierno de los Estados Unidos y el apoyo de otros países de la región. En el caso de Pedro Castillo, durante la campaña no planteó propuesta alguna en materia de política exterior. En referencia al gobierno de Nicolás Maduro, solo señaló que “no juzgaría al país” y exhortó al mandatario venezolano a llevarse a sus compatriotas “que han venido a delinquir”. Ello no da razones para pensar en mejores relaciones entre Maduro y Castillo, de llegar este último a la presidencia del Perú. Algunos analistas han planteado que el Grupo de Lima “se extinguiría” en un eventual gobierno de Castillo. En esa línea, Castillo podría acercarse a países con posiciones ideológicas como Cuba, Venezuela y Nicaragua; en el peor de los casos, un gobierno de Castillo haría que los países que integran el Grupo de Lima lo abandonen y afectaría también nuestra política exterior que se ha construido en base a una promoción del libre mercado y las inversiones extranjeras (Gestión, 2021).
Regresando a si el Grupo de Lima ha sido efectivo o no, consideremos algunos de sus objetivos planteados en su declaración de agosto de 2017 (fecha en la que se crea dicho grupo ad-hoc). En la Declaración de Lima se condena la violación sistemática a los derechos humanos y las libertades fundamentales en Venezuela, así como un apoyo a suspender a Venezuela de MERCOSUR, no apoyar su candidatura en organizacioes regionales e internacionales, por lo que no se contempla a Maduro como un líder político que deba seguir al mando (MRREE, 2017). Casi cuatro años después de creado el Grupo de Lima, el gobierno de Nicolás Maduro sigue en el poder y no existe todavía atisbo alguno de fractura en los poderes que maneja el oficialismo, existe aún un apoyo por parte de la población venezolana y aún cuenta con el respaldo de otras potencias como China y Rusia. Asimismo, el presidente encargado Juan Guaidó no tiene control efectivo de alguna institución en Venezuela y el gobierno de Maduro ha demostrado mucha resistencia pese a las sanciones económicas por parte de Estados Unidos. Por el contrario, un sector de la oposición venezolana está considerando la posibilidad de ir a elecciones, ello a raíz de la designación de nuevos miembros en el Consejo Nacional Electoral. Solo considerando estos elementos, podemos decir que el Grupo de Lima no ha logrado sus objetivos y ha sido muy poco eficaz para lidiar con la crisis política de Venezuela.
En ese sentido, analizemos tres factores que inciden en el desarrollo actual del Grupo de Lima. El primero de ellos es Estados Unidos, cuyo apoyo y respaldo dotó de mucho mayor poder de presión hacia el régimen de Maduro al Grupo de Lima. No obstante, con el pasar del tiempo, las sanciones económicas endurecidas durante la administración Trump y la posibilidad del uso de la fuerza en el marco de las ayudas humanitarias, el Grupo de Lima se vio debilitado. Ello llegó a un punto de quiebre en la votación del TIAR, en la que quedó demostrado que algunos países tuvieron, desde el inicio, muy en claro que el uso de la fuerza no era una opción viable, lo que causó una división dentro del Grupo de Lima. El segundo elemento son las alternativas que se están planteando a nivel internacional para solucionar la crisis en Venezuela. La coalición que ha recibido un gran apoyo y parece perfilarse como una una alternativa incluso mejor que la del Grupo de Lima es el Grupo de Contacto Internacional, liderado por la Unión Europea. Sumado a ello, se está discutiendo la posibilidad de una nueva coalición internacional denominada G8 (Grupo de los 8), conformada por Estados Unidos, Canadá, Brasil, Colombia, Alemania, Francia, Reino Unido y Holanda (Miami Herald, 2021). Así, parece ser que el Grupo de Lima empieza a dejar de ser la alternativa más óptima para solucionar la crisis en Venezuela o, por lo menos, empieza a perder cierta importancia para la comunidad internacional. Un último elemento es la disposición de los mandatarios de la región de seguir con el Grupo de Lima como estrategia para solucionar la crisis en Venezuela. A inicios del 2019, México se retiró del Grupo de Lima, Argentina hace lo mismo a inicios del presente año, Brasil está enfocando sus esfuerzos en atender la pandemia y Bolivia ha mostrado críticas hacia el manejo del Grupo de Lima.
Con todo ello, la iniciativa del Grupo de Lima se diluye entre su poca eficacia y la pérdida progresiva de respaldo por parte de la comunidad internacional. Ello resulta importante porque su destino no parece estar en manos de una sola persona, en nuestro caso, si Keiko Fujimori decide seguir con el Grupo de Lima o Pedro Castillo retirarse del mismo. Alberto Van Klaveren considera que, en términos generales, el contexto externo resulta muy importante para explicar la política exterior en América Latina (2013, p. 99). En ese sentido, es sistémica la idea de que el Grupo de Lima no ha sido el mecanismo más efectivo para solucionar la crisis en Venezuela y por ello se plantean otras alternativas desde la comunidad internacional. Asimismo, el comportamiento concreto de los países parece demostrar que no tienen más incentivos para seguir colaborando en el Grupo de Lima o, en el mejor de los casos, su prioridad por el momento no está en seguir presionando al régimen de Maduro. En este contexto, resulta necesario que el Perú sopese si, para nuestros intereses (solucionar la crisis política en Venezuela, regularizar la situación de migrantes venezolanos, promover la democracia en la región, entre otros), sigue siendo viable impulsar el Grupo de Lima o dejar que este forme parte, una vez más, de las tantas iniciativas latinoamericanas que pierden el interés de los gobiernos y pasan al letargo. En cualquier caso, el gobierno de Pedro Castillo deberá buscar la mejor manera de colaborar a la restauración de la democracia en Venezuela, ya sea en articulación con el Grupo de Contacto, el G8 o reconociendo a Maduro como un interlocutor válido para las negociaciones.
Referencias
Gestión. (2021). Grupo de Lima se extinguiría en eventual gobierno de Castillo, señalan internacionalistas. Gestión. https://gestion.pe/peru/politica/grupo-de-lima-se-extinguiria-en-eventual-gobierno-de-castillo-senalan-internacionalistas-noticia/?ref=gesr
Legler, T., Santa-Cruz, A. (2011). El patrón contemporáneo del multilateralismo latinoamericano. En Los desafíos del multilateralismo en América Latina (págs. 11-34). Editorial CRIES, Universidad Iberoamericana. Obtenido de https://professorbellreadings.files.wordpress.com/2017/10/costas_m-_constantinou_pauline_kerr_paul_sharpb-ok-org.pdf
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú - MRREE (2017). Declaración de Lima [Comunicado de prensa]. https://www.gob.pe/institucion/rree/noticias/4702-declaracion-de-lima
Oppenheimer, A. (2021). Biden makes the right moves on Venezuela and should lead charge for a «G8» to restore democracy there. Miami Herald. https://www.miamiherald.com/news/local/news-columns-blogs/andres-oppenheimer/article249844188.html
RPP. (2021). Verónika Mendoza sobre Grupo de Lima: «Su rol no ha sido el mas eficaz» para solucionar crisis en Venezuela. RPP Noticias. https://rpp.pe/politica/elecciones/veronika-mendoza-sobre-grupo-de-lima-su-rol-no-ha-sido-el-mas-eficaz-para-solucionar-crisis-en-venezuela-noticia-1329384
Van Kleveren, A. (2013). “El análisis de la política exterior. Una visión desde América Latina”. Introducción a las Relaciones Internacionales: América Latina y la Política Global. México DF: Oxford University Press, pp. 96-109.
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