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LA POLÍTICA EXTERIOR PERÚ-BOLIVIA: A PROPÓSITO DEL ENCUENTRO PRESIDENCIAL Y III GABINETE BINACIONAL


Anteriormente, habíamos mencionado sobre los Convenios de Ilo y sus respectivos Protocolos, los cuales darían una salida marítima a Bolivia, a fin de que estableciera sus relaciones comerciales con el mundo. Durante la celebración del Encuentro Presidencial y III Gabinete Binacional entre ambos países, el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski expresó su fuerte compromiso en que estos instrumentos firmados durante el gobierno de Alberto Fujimori se conviertan en realidad.


Antes de aterrizar al fondo del asunto, hagamos un breve recuento sobre las relaciones bilaterales entre dos Estados. El inicio de las relaciones diplomáticas entre Perú y Bolivia se produce con el Tratado de Federación de 1826, buscando mantener la unidad del Alto y el Bajo Perú. En 1870, se suscribió la Convención Consular que permitió reconocer la facultad de nombrar y mantener cónsules generales, cónsules, vicecónsules y agentes consulares. Luego de la guerra contra Chile, trajo como consecuencia no solo la amputación territorial de los aliados, sino que también trajo discordia y recelos entre ellos. Los peruanos culpaban a Bolivia por su ingreso a la guerra y resentían su pronto retiro de la misma; por su parte, los bolivianos reprochaban al Perú su lógica negativa de que se le entregue Tacna y Arica como compensación a su mediterraneidad, así como por la suscripción del tratado de 1929. Ya en el siglo XX, hubo un giro importante en razón a que se fue construyendo una relación más armoniosa y fructífera.


Evidencia de lo anterior es que el 29 de agosto de 1991, a raíz del encuentro de los presidentes Alberto Fujimori y Jaime Paz Zamora en el departamento de Beni (Bolivia) se emitió un comunicado donde se anunció el establecimiento de una zona franca en el puerto de Ilo a favor de Bolivia y la construcción de una carretera asfaltada de La Paz a Ilo de 390 km. Dicha voluntad de ambos mandatarios se plasmó en los llamados Convenios de Ilo.


El 24 de enero de 1992 en el puerto de Ilo se firmaron dichos Convenios, las cuales fueron suscritos teniendo en cuenta la ubicación geográfica de Bolivia en Sudamérica, como corredor comercial para el tráfico de Brasil, Argentina y Paraguay, lo que abre grandes posibilidades para un comercio bioceánico.


En este encuentro en Ilo, se suscribieron varios instrumentos: la Declaración Presidencial; el Convenio Marco Proyecto Binacional de Amistad, Cooperación e Integración Gran Mariscal Andrés de Santa Cruz; tres convenios específicos (sobre participación de empresas bolivianas en la zona franca industrial de Ilo; participación de Bolivia en la zona franca turística de playa; y, sobre facilidades para el tránsito de personas entre los territorios de ambos países); tres acuerdos (para la creación de la comisión binacional encargada de la celebración del bicentenario del nacimiento del gran mariscal Andrés de Santa Cruz; para estudiar y evaluar la posibilidad de convertir los centros piscícolas de Tiquina y de Chucuito en centro de investigación científica de todos los recursos hidrobiológicos de la cuenca del lago Titicaca —mediante gestión conjunta ante el gobierno de Japón—; y sobre la ejecución de un programa de complementación empresarial pesquero). Finalmente, se celebraron tres pre-convenios para promover el desarrollo del transporte internacional terrestre, sobre transporte ferroviario internacional y sobre enlace de comunicaciones.


En los Convenios, Bolivia se compromete a colaborar en la captación de financiamiento para el mejoramiento de las instalaciones portuarias y ambos gobiernos acuerdan otorgarse facilidades para operar sistemas intermodales y/o multimodales de transporte de y hacia cada uno de ellos, así como para las cargas provenientes de terceros países en tránsito por sus respectivos territorios. También asumen la obligación de mejorar el uso del corredor ferro-lacustre Matarani-La Paz y el ferrocarril Santa Cruz-Puerto Suárez. Este convenio, finalmente, especifica que la concesión solo tiene alcances de usufructo y no conlleva transferencia de propiedad; asimismo, se somete el ejercicio de las facultades y atribuciones concedidas, al cumplimiento del Decreto Legislativo Nº 704 del Estado peruano, resultando también aplicable el régimen tributario, aduanero, laboral, cambiario y de comercio exterior establecido en dicha norma. Es llamativo el convenio referido a la zona franca turística, dado que establece a que el Perú otorgue a Bolivia en el litoral de Ilo una zona franca turística de playa por 99 años para este fin, de 5 km de longitud por 400 metros de ancho, denominada Boliviamar.


Este conjunto de convenios y acuerdos sufrieron algunas críticas en su momento, fundamentalmente concentradas en la duración de las zonas francas, la amplitud del espacio físico concedido a Bolivia, entre otras, que en buena cuenta concluían que se podía estar frente a una cesión de soberanía disfrazada. Sin embargo, tanto el gobierno peruano como el boliviano negaron tajantemente esta interpretación, indicando que los acuerdos no significaban cesión alguna de soberanía territorial o marítima. Otra crítica fue que el convenio marco fue suscrito personalmente por los presidentes sin refrendo ministerial, señalándose entonces que más que un convenio era una declaración. Esta crítica se disipó cuando el conjunto de acuerdos fue aprobado por Resolución Legislativa Nº 26134 del Congreso peruano, el 7 de mayo de 1993.


En definitiva, la celebración de Convenios de Ilo de 1992 constituyó un hito importante en la relación con Bolivia pues no solo buscaría favorecer el desarrollo del sur peruano sino también evidenciar la preocupación e interés del Perú por paliar los efectos de la mediterraneidad boliviana. Estos acuerdos serían acompañados por la suscripción de numerosos tratados internacionales, que lograrían diversificar nuestra relación bilateral.


Años después, el 19 de octubre de 2010 tuvo lugar el encuentro presidencial entre Alan García del Perú y Evo Morales de Bolivia, en la ciudad de Ilo para suscribir la Declaración de Ilo, el Acta del Encuentro entre ambos presidentes y el Protocolo Complementario y Ampliatorio a los Convenios de Ilo.


En cuanto a la Declaración Presidencial, esta señalaba la renovación y ampliación por parte del Perú y a favor de Bolivia de una zona franca industrial y económica especial (ZOFIE) y una zona franca turística (MarBolivia), ambas por noventa y nueve (99) años. Además, se consagró el compromiso del Perú y Bolivia de no usar unilateralmente las aguas de los ríos internacionales que comparten -conforme a los tratados bilaterales vigentes y al derecho internacional-; la declaratoria de la cuenca del río Suches como zona crítica de daño ambiental de prioridad binacional, instruyendo a sus ministros a corregir los daños ambientales existentes en la zona y formular el Plan Maestro para la Gestión Sustentable de la Cuenca del Río Suches, sobre la base de los términos de referencia que presentase el grupo de trabajo para tal fin; y, finalmente, se refrenda el acuerdo de no realizar acciones ni proyectos unilaterales respeto del uso o aprovechamiento de las aguas del río Maure/Mauri.


En el acta se destacaron las facilidades otorgadas por el Perú a favor de Bolivia, en virtud del Protocolo Complementario y Ampliatorio a los Convenios de Ilo; se acordó la suscripción de un convenio de cooperación pesquera binacional; y se creó un grupo ad hoc para elaborar un acuerdo sobre migración así como el Consejo de Políticas de Equidad y Cohesión Social en la Zona de Integración Fronteriza. Asimismo, se asintió llevar adelante un proceso de modernización y reestructuración de la Autoridad Binacional Autónoma del Lago Titicaca (ALT), de acuerdo al mandato establecido por ambos jefes de Estado en la declaración.


Resumiendo, los Convenios de Ilo y los demás acuerdos ulteriores celebrados en virtud de estos representaron un hito en la relación bilateral, poniendo en evidencia la preocupación e interés del Perú por paliar los efectos de la mediterraneidad boliviana como también su deseo de incrementar los lazos comerciales y de integración en beneficio de sus respectivas poblaciones. No obstante, durante este período, tales convenios no lograrían alcanzar los propósitos comerciales y de desarrollo que se plantearon originalmente, en tanto su implementación fue compleja y dilatada, prolongándose incluso más allá del gobierno de Alberto Fujimori. Durante los años siguientes, por diversos factores no se ha podido concretar la extensión de los Convenios, sino hasta después de este III Gabinete Binacional donde se manifestó el compromiso peruano de hacer posible que se cumplan. Ello no fue obstáculo alguno para que estos países logren acuerdos no solo para que Bolivia tenga una salida marítima para el comercio internacional, sino también acuerdos en materia social, de cooperación judicial, migratoria, turismo, entre oros.

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