CRISIS SANITARIA DE ALIMENTOS EN LA UNIÓN EUROPEA
En los últimos días, la Unión Europea y su política de libre mercado de bienes se han visto conmocionadas por una alerta alimentaria relacionada a la contaminación de huevos. Hasta el momento han sido los siete países europeos los que han detectado la llegada de huevos procedentes de granjas donde se utilizó fipronil, un pesticida prohibido en animales que forman parte de la cadena alimentaria.
La crisis se inició en Holanda cuando el Servicio holandés de Seguridad Alimentaria encontró una concentración inusual del referido pesticida, llegando a calificar algunas partidas de huevos como “peligro grave y agudo para la salud general”. Como respuesta a esto, el Gobierno recomendó inmediatamente detener el no consumo de huevos en el país y retuvo miles de cajas de huevos en la frontera, las cuales tenían como destino Alemania. Las investigaciones preliminares apuntan a que una empresa de desinsectación holandesa utilizó una mezcla que contenía fipronil, siendo el producto de origen belga, con lo cual se estima que 200 granjas holandesas han sido afectadas.
La Comisión Europea determinó el día de ayer que la autoridad belga competente se demoró más de un mes en notificar el descubrimiento de los huevos contaminados, a pesar de que los Estados Miembros de la Unión Europea están obligados a hacerlo inmediatamente. La portavoz de dicha órgano sostuvo que no se proporcionó ninguna información acerca de la contaminación hasta el 20 de julio a pesar del descubrimiento de huevos contaminados en Bélgica en junio lo cual de comprobarse podrá conllevar la apertura de un expediente. De igual manera, mantuvieron que la crisis se encuentra controlada.
Sin embargo, si bien algunas autoridades sanitarias califican de riesgo mínimo para la salud a dicha sustancia, la Organización Mundial de la Salud considera su consumo de moderadamente peligroso. Por otro lado, los expertos señalan que su entrada en el organismo en elevadas cantidades puede producir vértigos, náuseas o vómitos, y en el peor de los casos, daños a hígado, tiroides y riñones. Con esto, se ha puesto en duda la capacidad de las autoridades de evitar la llegada a los hogares europeos de productos no aptos para el consumo.
Como resultado de esto, se han retirado millones de huevos de las estanterías de las principales cadenas de supermercados en Holanda, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Suecia, Suiza y Francia. Asimismo, se ha paralizado la producción de huevos lo cual ha afectado la industria agrícola y ganadera de diversos países europeos.
En este sentido, el día miércoles 09 de agosto, los ministros belgas de Agricultura y Sanidad comparecerán ante el Parlamento Europeo para explicar el porqué del incumplimiento de la obligación legal de notificar inmediatamente a la Comisión cuando cuentan con información sobre una amenaza a la salud, a pesar de tener conocimiento de la contaminación desde junio.
Cabe señalar que el Ministro de Agricultura de Alemania ha declarado el día de ayer que la contaminación de millones de huevos con insecticidas potencialmente dañinos es resultado de actividad criminal, criticando duramente la respuesta tardá de sus homólogos belgas y holandeses. Por lo que no es sorpresa para nadie que este caso amenaza con tener consecuencias políticas.