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EL PROCESO DE DESARME DE LAS FARC EN COLOMBIA
El proceso de desarme de las FARC tiene su antecedente más cercano el ultimo 21 de junio, cuando el Secretario General Adjunto de la Naciones Unidas para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, visitó el Punto Transitorio de Normalización de Pondores, La Guajira, en compañía del Representante del Secretario General y Jefe de la Misión de las Naciones Unidas en Colombia, Jean Arnault, y el Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en Colombia, Martin Santiago. Durante la visita, se reunieron con integrantes del Secretariado de las FARC-EP Pastor Alape, Joaquín Gómez y Ricardo Granda, y con el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo.
De conformidad con la Hoja de Ruta aprobada el 29 de mayo de este año, el 20 de junio se inició la tercera fase de la dejación de las armas individuales de los combatientes de las FARC-EP, las cuales la Misión de la ONU en Colombia ha estado almacenando en sus contenedores de armas en las 26 Zonas y Puntos Veredales de Normalización.
Este martes, la Misión del a ONU en Colombia confirmó que tiene almacenado el conjunto de las armas individuales de las FARC-EP registradas: 7132 armas, salvo aquellas que, de conformidad con la Hoja de Ruta, servirán para dar seguridad a los 26 campamentos de las FARC-EP hasta el 1 de agosto de 2017. Para esa fecha, se habrá almacenado todo el armamento existente en los campamentos y extraído sus contenedores de las Zonas y Puntos Veredales de Normalización, los cuales pasarán a ser Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación. Todo esto según lo informado en una nota de presa por la Misión de las Naciones Unidas en Colombia.
El acto se considera histórico al ser visto como el fin de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como guerrilla, luego de su creación en 1964 y su actuación por más de cinco décadas bajo un único mando e inspirada “Es un momento histórico para el país, estamos dejando atrás una época histórica, vamos para adelante”, dijo a periodistas en Mesetas el comandante guerrillero y negociador de paz Pablo Catatumbo. Para el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, “La dejación de armas es entonces, tal vez, la fecha más importante de las últimas tres generaciones de Colombia”, dijo en un video difundido por su cartera.
La celebración de este hecho tuvo como acto simbólico la participación del presidente colombiano Juan Manuel Santos y el ex-hombre fuerte de las FARC, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko".También contó con la participación de representantes de la ONU, y el enviado especial de la Unión Europea (UE) para la paz de Colombia, Eamon Gilmore, entre otros invitados.
"Colombianos: a partir de hoy, las armas que alguna vez se levantaron estarán selladas en contenedores a cargo de la Misión de la ONU en Colombia", expresó el gobernante antes de partir de Bogotá.
Si bien dejar las armas es un capítulo material crucial, la fase que realmente puede desactivar la actividad armada es la conversión en fuerza política de la guerrilla. La "legalidad", es la etapa en la que las FARC entran, según su máximo jefe, "Timochenko".
"Este día no termina la existencia de las FARC, en realidad a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento armado de 53 años pues seguiremos existiendo como un movimiento de carácter legal y democrático que desarrollará su accionar ideológico, político, organizativo y propagandístico por vías exclusivamente legales, sin armas y pacíficamente", afirmó.
La misión de la ONU, con unos 450 observadores internacionales, es la encargada de verificar el desarme, almacenar el arsenal y destruirlo en paralelo, la misión continuará con la ubicación de caletas o escondites de armas de las FARC. “Hasta el momento, la Misión de las Naciones Unidas en Colombia ha verificado 77 caletas, de las cuales ha extraído el armamento y destruido municiones, explosivos y armamento inestable”, Según se precisó en una nota de prensa del mismo organismo.
El acuerdo de paz prevé que las armas de las FARC se fundan y se utilicen para elaborar tres monumentos que serán colocados en la sede de la ONU en Nueva York, en Cuba y en Colombia.
Tras la entrega de fusiles, la ONU expide certificados de Dejación de Armas que permitirán a los excombatientes iniciar su tránsito a la legalidad y a un movimiento político, cuya definición se realizará durante un congreso del grupo rebelde previsto para agosto. Pero a la par los guerrilleros serán sometidos a un sistema de justicia especial, denominado Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), cuya aplicación demorada les preocupa. El gobierno de Santos busca la “paz completa” en Colombia, por lo que en paralelo realiza negociaciones con el ELN, único grupo rebelde activo del país. Esas conversaciones se realizan sin que haya un cese al fuego.
No obstante, más de ocho millones de víctimas -entre ellas más 220.000 muertos- dejan heridas difíciles de cicatrizar, y la aceptación de esta conversión es más complicada en la percepción de una población muy castigada que sobre el papel. Por este motivo, durante todo el proceso de paz, la transformación de la guerrilla en actor político homologado ha sido un punto de especial sensibilidad. De hecho, consta como precedente la asimilación en parlamentarios de antiguos miembros del grupo guerrillero M19 previamente amnistiados.
